Foto: Andina Miki González rescata en la antología titulada 'Puedes Creer Tantas Veces' sus tres primeros discos; aquellos con los q...
![]() |
| Foto: Andina |
- Acabas de reeditar tus tres primeros discos, pero estos son parte de tu pasado. ¿Cómo te sientes en el presente?
- Estoy con buen ánimo. La música es algo que siempre te da energía. Tiene mucho poder, me considero muy afortunado de poder hacer música, porque sino la hiciera, no se qué sería de mí. Tendría muchos problemas.
- ¿Hubo algún 'plan B' en tu vida, aparte de la música?
- En mi juventud la música no fue nunca una opción. Decidí ser músico profesional recién a los 25 años, cuando algunos ya han terminado su carrera.
- ¿Qué hacías antes?
- Estudié ingeniería por mi entorno familiar y arquitectura luego, porque sentí que era algo más artístico. Pero por influencia de la cultura de la época quería viajar a la India. Para un joven de esa época, la novedad y la rebeldía era la revolución interna.
- ¿Hiciste alguna de esas peregrinaciones hippies a la India?
- No llegué allá pero sí al Cusco. También descubrí al grupo El Polen. Tenían una vida comunitaria en La Cantuta. Los iba a visitar los fines de semana, pero ellos vivían allí todos los días. Eso me influenció para tomar la decisión de irme al Cusco. Pero allí no hacía nada, así que me fui a Brasil y para subsistir hice artesanías. Estuve tirando dedo por Sudamérica en 1972. Regresé a Brasil en el 76, y allí decidí hacerme músico.
- Hay gente a la que, a pesar de estudiar música aplicadamente, no le sale nada especial. En tu caso ¿sientes que además de lo que estudiaste, tenías un don?
- No. Cuando era pequeño me encerraba en mi cuarto para oír música y creaba mi mundo. Cuando me di cuenta que podía tocar música, me iba adentro de ese mundo.
- ¿Y sentías que hacías las cosas bien en la música?
- No. En ese tiempo estaba de moda tocar la música de otros y yo era muy flojo para aprenderla. Para mí era más fácil inventar,pese a que tocaba a Bob Dylan o Neil Young. Luego me gustaron los blues y del 72 en adelante solo escuchaba eso y jazz y folclore africano. Ya había descubierto, con Felix Casaverde, la música afroperuana y brasileña, además de las fusiones, que ahora son presentadas como nuevas pero que ya se hacían.
- Parece que las fusiones siempre son presentadas como novedosas. ¿Es tan grande la amnesia colectiva que impide percatarnos de que no es así?
- Eso obedece al marketing y a esa amnesia colectiva que mencionas, pero que yo llamaría mediocridad. Todo lo que ponen como la onda nueva juvenil: el pop rock, lo independiente, lo alternativo, ya se ha hecho antes. Solo le ponen una variante. No es como cuando salió Jimi Hendrix, haciendo cosas que no se habían hecho nunca antes y todo el mundo quedó rendido ante eso. En el rock ya no pasa eso...
- A veces esas mezclas nos identifican
- Cuando algún extranjero le da importancia a algo peruano, decimos que es importante, pese a que han estado acá cientos de años, sin que a alguien le importe.
- ¿Crees que algo de tu trabajo musical podría reflejar parte de nuestra identidad?
- Sí, claro. Siempre he mirado hacia lo afroperuano. Fui a estudiar jazz porque quería hacer música negra peruana con jazz, escribirla y comunicarla a otros músicos. Y cuando hice rock puse cajón y ritmos afroperuanos. Luego, en la época de 'Akundún' hacía repertorio afroperuano con guitarras africanas y caribeñas. Igual con lo andino: empecé a conocer la música andina por la religiosidad del sur.
- ¿Te llamó la atención la síntesis entre catolicismo y paganismo en la sierra?
- No. En el mundo andino la gente ve el cosmos y su relación con este y la vida diaria muy diferente a cómo la vemos nosotros. Mi interés partió de un interés espiritual. Pero hay una parte intelectual que me jala mucho, también.
- ¿Por qué se dio tu alejamiento del rock a favor de la música electrónica?
- Fue algo que se dio naturalmente. La electrónica me pareció interesante y fui por allí. Salvando la distancia, Picasso dibujaba extraordinariamente y lo mejor que hizo fue en sus épocas azul y rosa. De repente empezó a hacer cubismo y ya no volvió más a dibujar las cosas como son. Habría preferido que siga con lo anterior, pero lo otro fue revolucionario. Y si yo me meto en la electrónica y a la gente no le gusta, es inevitable.
- ¿Ya no te entusiasma el rock?
- No. Podría darse un contexto interesante para poder hacer rock. No lo descarto, pero es muy difícil. Me parece que la música electrónica es más interesante y libre.
- ¿Se puede descubrir la pólvora haciendo música electrónica?
- Me gustaría. Reinventarse todo el tiempo te refresca. Sobre todo ir de acuerdo a tu intuición... A veces eso abre un montón de puertas y otras no te funciona. Otras veces salen cosas muy interesantes pero no obtienen reconocimiento masivo. No quiere decir que no haya sido un acierto, sino que no ganaste plata. Pero luego pasan años y de repente se convierte en tendencia. Ya estoy como los hipsters: 'sí, yo ya lo hice antes'.
- Tú podrías decir esa frase para varias cosas. Has pasado por el jazz, el blues, la new wave, lo étnico y la electrónica. Esos cambios en tu trabajo ¿también influenciaron en tu vida personal?
- Había un efecto en mi vida. Soy una persona muy apasionada. Si me gusta algo, lo hago mucho. En los años 80 yo pensaba que era Robert Smith. Iba al bar ‘Juanito’ en verano vestido totalmente de negro. La gente me preguntaba si iba a la playa (ríe). Estuve convencido de muchas cosas. En El Carmen era el único blanco, pero sentía que era un negro más, y me encantaba eso. Cuando me miraba al espejo me daba pena no serlo.
- ¿Y pasó lo mismo con la electrónica? Esta se da en ambientes más que nada electrónicos, festivos, psicotrópicos. ¿Qué tanto te metiste en eso?
- En 2002 empecé a tocar. Desde entonces empecé a ir a muchas fiestas. La ventaja era que todos los nombres importantes de la música electrónica venían a Perú: Sasha, Paul Oakenfold. Todos venían. Iba a sus fiestas, escuchaba y aprendía. Aprendí a ser DJ. Pero ahora no me gusta amanecerme. Ya lo he hecho demasiado. He vivido de noche.
- Pero eso es propio de la condición del músico, ¿o no?
- Sí. Tiene que ver también con su formación emocional y neurológica. Hay personas a las que les gusta estar despiertas de noche. Es cuando uno está más tranquilo. Nadie te llama por teléfono y tienes toda la libertad de ponerte a crear.
- ¿Sacarás algo nuevo?
- Tengo un material al que hace dos años estoy cortándole el pelo antes de presentarlo.
- ¿Durante tanto tiempo lo preparas?
- No me gusta y lo vuelvo a hacer, y así. Irá por la onda étnica y electrónica.
Por Fidel Gutiérrez M.
Por Fidel Gutiérrez M.


COMMENTS